jueves, 22 de octubre de 2015

DIEZ ( 10 ) ASPECTOS A CONSIDERAR PARA SUPERAR UN CONFLICTO.

1. Mantente fresco cuando otros estén furiosos y pierdan la cabeza. Tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol.
2. Recuerda que cada discusión tiene al menos tres puntos de vista: el tuyo, el del otro y los de terceros, los cuales probablemente están más cerca de la objetividad. Siendo más versátil y viendo las cosas desde la perspectiva de los demás enriquecerás tu propio punto de vista.
3. Espera a calmarte antes de hablar. Ten en cuenta que la relación es más importante que la discusión. Dale más relevancia a las personas que a las opiniones.
4. Trata a toda persona con la cual tengas contacto como si fuera un pariente rico, de quien esperas ser incluido en su testamento. Nunca te arrepientas de tratar muy bien a la gente. Es el mejor negocio en todos los sentidos.
5. Busca el lado art-conflicto24dpositivo y agradable, aun de las situaciones más complicadas y dolorosas. Es una disciplina que te ayudará a pasar más fácilmente los momentos difíciles y a convertir los problemas en oportunidades.
6. Establece el hábito de hacer preguntas y, sobre todo, de escuchar las respuestas.  Pregunta antes de reaccionar. Algunas veces disparamos y después preguntamos. También preguntamos, pero escuchamos para contestar, y no para entender.
7. No hagas o digas nada que pueda herir o hacerle daño a otra persona. Aférrate al proverbio que dice que todo lo que uno haga, se devolverá. La gente no recuerda tanto lo que tú dices o haces, sino la intención con la que lo haces.
8. Sé consciente de la diferencia entre análisis amigable y crítica destructiva. Observa si el propósito de tus palabras es ayudar, desahogarte o hacer daño.
9. Ten presente que si toleras a los demás, ellos también serán pacientes contigo en los aspectos no muy gratos de tu personalidad.
10. Reconoce tus errores y acepta tus responsabilidades. No olvides que un conflicto bien manejado fortalece la relación, y te ayuda a aprender de las diferencias. El pensamiento positivo es una disciplina que, ejercitada con constancia, te dará el poder de cambiar tu entorno y, por consiguiente, tu vida.
art-conflicto24d

sábado, 28 de julio de 2012

SOLUCIONANDO LOS CONFLICTOS: HUIR NO PRODUCE PAZ


HUIR NO PRODUCE PAZ
"Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría." - Sal. 55:6
Yves Rossy logró algo que la gente había soñado concretar desde el antiguo mito de Ícaro: voló. Conocido como el «Hombre Cohete», Yves Rossy construyó un par de alas con una mochila con motor que usa su cuerpo como el fuselaje de una aeronave, mientras que dichas alas están adheridas a la parte posterior de su traje resistente al calor. Su primer vuelo fue cerca de Ginebra, Suiza, en 2004, y desde entonces ha realizado muchos trayectos exitosos.
El salmista David anhelaba tener alas para volar. En una época cuando lo perseguían enemigos que procuraban quitarle la vida, el rey de Israel exclamó: «¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría» (Salmo 55:6).
Tal como David, cuando enfrentamos presiones, maltratos, dificultades o angustias, quizá deseamos ser capaces de crear alas para poder escapar volando. Pero Jesús ofrece un camino mejor: en vez de huir de los problemas, nos invita a volar hacia Él. Dijo: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, […] y hallaréis descanso para vuestras almas» (Mateo 11:28-29). En lugar de desear salir volando para escapar de las complicaciones, podemos llevárselas al Señor. Huir no puede darnos paz, pero Jesús sí puede hacerlo.
Reflexión: Dios nos da fuerza para enfrentar nuestros problemas, no para huir de ellos.

Consejos reflexivos para saber cómo Resolver Conflictos
1. El conflicto no es nada más que un problema mal administrado.
2. El conflicto ocurre cuando usamos pautas defectuosas de comunicación.
3. La interrupción en la comunicación es una falta de respeto, comunicamos que no estamos escuchando y que aquello que la otra persona comunica, no es importante.
4. Para resolver un conflicto debemos reconocer emocional e intelectualmente que existe un problema.
5. Nunca la culpa en un conflicto es sólo de una persona o cae sobre una persona, para que haya un conflicto deben haber dos personas.
6. Debemos admitir que sólo dejar pasar el tiempo, no soluciona el problema.
7. Resolver un conflicto no significa que siempre debo ganar en mi posición.
8. Resolver un problema es llegar a un compromiso donde ambas partes están contentos o satisfechos. (No como los boxeadores uno en cada rincón)
9. En un conflicto entre dos personas, es muy importante que ambas personas trabajen juntas, unidas con amor y sumisión para efectuar la solución del problema.
10. Para resolver un conflicto hay que enfocarse en un solo tema a la vez.
11. Para resolver un problema hay que comunicarse con claridad expresando aquello que desea, piensa o siente, es decir sencillamente.
12. Para resolver un conflicto debo expresar mi propio sentir y no acusar a la otra persona. Al hablar debo decir: me parece, yo pienso, yo creo.
13. Para resolver un problema hay que mantener los periodos de hablar: breves,  cortos, es decir hablar y escuchar – escuchar y hablar.

viernes, 23 de diciembre de 2011

EL ARBOL DE LOS PROBLEMAS

El árbol de los problemas
Mateo 11:28 (RVA)

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar.

Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, inclinando su rostro y tocando las puntas de las ramas con ambas manos hizo una pequeña oración.

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.

Posteriormente me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunte acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.

"Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó. "Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente simbólicamente los cuelgo en el árbol cada noche y se los entrego a Dios en mi oración. Luego en la mañana los recojo nuevamente".

"Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior".

viernes, 2 de diciembre de 2011

COMO TRABAJAR CON LA FAMILIA SIN CONFLICTOS.

¿Cómo compaginar lo personal y profesional cuando trabajas con tu pareja o con algún otro miembro de tu familia?


Esta situación puede llegar a ser bastante complicada si no se dejan las cosas claras desde el principio.

Yo personalmente prefiero separar familia y amigos de los temas profesionales para evitar posibles problemas, pero también es cierto que durante muchos años trabajé codo con codo con mi marido sin ningún problema (y de hecho lo echo de menos).

Si quieres o tienes que trabajar con algún familiar (o con más de uno) es recomendable dejar claro por adelantado cómo van a funcionar las cosas, poner una serie de normas básicas para evitar romper la convivencia o algo más. Lo ideal si te encuentras en estas circunstancias es:

1. Separar lo personal de lo profesional


Por desgracia no todo el mundo es capaz de hacer esto, pero lo ideal es ser capaz de diferenciar entre tu papel como compañera de trabajo o supervisora y tu papel como hermana, pareja, madre o lo que sea.

Que el trabajo se quede en el trabajo y de puertas afuera vuelva la relación familiar.

Así que si tienes una discusión profesional con tu familiar procura no llevarla al terreno personal y piensa que es un problema con tu compañera no con tu hermana por ejemplo. A una compañera no le dirías “no sé por qué confío en ti si ya de pequeña me rompías mis juguetes”, por ejemplo.

Por muy enfadada que estés, lo personal en casa y siempre, siempre, con respeto y siendo agradable. No es fácil, no, pero hay que empezar a hacerlo.

2. Poner unas normas claras

Esto es fundamental siempre, pero en este caso más porque lo que está en juego es especialmente importante.

Unas normas de trabajo, obligaciones y deberes; que tengáis claro lo que os corresponde a cada uno profesionalmente. De esta forma se pueden evitar muchos malentendidos.

3. Mejorar la comunicación

Es también fundamental en todos los ámbitos y ojalá existiera en todos los puestos de trabajo, pero de nuevo, en este caso hay mucho en juego y es imprescindible que os podáis comunicar con claridad.

En lugar de callarte las cosas, ir acumulando resentimiento y cuando no puedes más, soltar de todo por la boca y meterte en lo personal; acostúmbrate a decir lo que quieres, lo que te parece bien o mal y a ir arreglando los problemas según vayan surgiendo.

4. Trabajar tu asertividad


Aunque sea tu familiar no deja de ser una persona y puede que hasta difícil, así que sigue trabajando tu asertividad.

La capacidad para decir no sin sentirte culpable, para establecer límites y horarios y respetarlos, para expresar tu opinión sin agresividad ni culpando a nadie y, si es necesario, lee e infórmate sobre como tratar con personas difíciles. Lo mismo que harías con otro compañero de trabajo lo puedes aplicar aquí.

5. Cuida la relación

No todo es trabajo en esta vida y también hay que cuidar las relaciones fuera de él, especialmente si hablamos de tu pareja.

Si trabajas en casa, delimita una zona concreta para trabajar; pon horarios laborales y fuera de ellos intenta no hablar de trabajo (o lo menos posible). Haced cosas divertidas juntos.

Porque si no sois capaces de desconectar del trabajo y no cuidáis la relación, la monotonía, el estrés y el aburrimiento os invadirán y te encontrarás con problemas dentro y fuera del trabajo.

Trabajar con familiares o amigos puede ser muy divertido, pero también complicado porque es fácil trasladar la frustración y el enfado a lo personal.

Lo ideal es ser capaz de dejar el trabajo en el trabajo, como si te quitaras un disfraz. Es difícil pero no imposible, empieza a practicar cuanto antes y pon límites. ¿Cómo lo llevas tú?

Por Aida Baida Gil, Coach
http://www.coachdelaprofesional.com

sábado, 29 de octubre de 2011

«LE PEGAMOS, Y... NO NOS OBEDECE NUESTRA HIJA»

«Tenemos una niña de cuatro años.... Estamos teniendo dificultades con ella con respecto a la disciplina, la obediencia, el respeto hacia nosotros y el acatamiento de órdenes. Se ha tornado rebelde: no obedece, nos pega y nos contesta de forma altanera a pesar de su corta edad.
»Aplicábamos el [método de] no darle lo que deseaba a manera de castigo, sentarla en una silla por tres o cuatro minutos, no ver televisión, etc. Pero ahora hasta le pegamos, y... no nos obedece.
»Estamos desesperados y no sabemos qué hacer....»
Este es el consejo que les dimos:
«Estimados amigos:
»... La mayoría de nosotros llegamos a ser padres sin tener idea alguna de lo difícil que es, y por lo general no se nos ha enseñado cómo serlo. El ser padres es una de las tantas funciones que desempeñamos en la vida diaria, y es normalmente algo que hacemos mientras tratamos de ganarnos la vida, hacer una carrera y realizar nuestros sueños. A nuestros hijos, desde el momento en que nacen, les toca abordar el autobús que es nuestra vida, y presuponemos que ellos se conformarán con el asiento que les tenemos reservado y que cooperarán con nuestros planes.
»Pero el niño nace con su propia voluntad, y a menudo esa voluntad es terca. Algunos niños manifiestan, aun antes de aprender a hablar, que no están conformes con hacer las cosas como queremos nosotros. Quieren hacer las cosas como les place, ¡y dan por sentado que el autobús es el de la vida de ellos y que somos nosotros quienes debemos abordarlo!
»Así se crea el marco para esa lucha que se libra a diario. Nosotros los padres estamos cansados debido a las otras responsabilidades que tenemos, y muchas veces no sentimos ningún deseo de librar una batalla. En cambio, ¡el niño ha ahorrado todas sus energías y está preparado para ganar, cueste lo que cueste! Al principio los incidentes no tienen mayor importancia; pero tan pronto como el niño descubre que puede resistir más que sus padres, comienza a ejercer el dominio que ha adquirido en la relación, exigiendo cada vez más, y ganando con mucha frecuencia. Los padres no se dan cuenta de que han perdido el control absoluto sino cuando ya es demasiado tarde.
»¿Cómo, entonces, pueden los padres recobrar el dominio? ¡No es fácil! Requiere tiempo, dedicación, persistencia y coherencia. Hay que formular reglas sensatas y vincularlas a consecuencias sensatas.
»Posteriormente, cuando el niño haya desobedecido una regla, la consecuencia tiene que cumplirse. Debe ser de inmediato, cada vez, sin falta, vez tras vez, sin que importe lo difícil que sea, ni dónde ni cuándo tenga que llevarse a cabo. Los padres tienen que darle prioridad, dedicarle tiempo, desvelarse si es necesario, y nunca jamás darse por vencidos....
»¡Prepárense para la batalla!

RESOLVER EL CONFLICTO Y MANTENER LA PAZ

“Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor...” Hechos 15:39,40.
Al llegar a este punto tenemos que ser muy sinceros; personalmente he tenido mis buenas discusiones, y de seguro usted las suyas. Tuve algunas en las cuales nunca hubo reconciliación. Afortunadamente, la mayoría de ellas terminaron en una amistad renovada. Con los años, he aprendido algunas estrategias que han demostrado ser efectivas cuando uno enfrenta graves desacuerdos.
1. Cuando haya un desacuerdo, esfuércese por ver el punto de vista de la otra persona. Lo primero es escuchar. Incluya en a fórmula tres cualidades que no se logran fácilmente: Honestidad, objetividad y humildad. Eso es todo lo que se necesita para manejar un conflicto como le agrada a Dios.
2. Cuando ambos lados tengan parte de razón, busquen un compromiso inteligente. Para los que fueron criados como yo, el
sólo pensar en compromiso les pone los pelos de punta. Usted no se rinde si tiene fibra moral. Permanece firme, cueste lo que cueste. Yo aprecio a las personas que tienen determinación, verdadera firmeza. Pero difícilmente estimo a alguien que nunca da a torcer su brazo, que se niega a negociar para resolver un conflicto. Admiro más a alguien que busca de manera voluntaria y cordial la
solución adecuada a un desacuerdo, sin comprometer de ninguna manera los principios bíblicos.
3. Si el conflicto sigue, busque resolverlo en vez de abandonar. Golpear violentamente la puerta en medio de una conversación, o salir hecho una furia a la calle, no resuelve nada. Tampoco beneficia a ninguna de las partes el mantener un silencio manipulador, dejar al cónyuge, renunciar a un empleo en un arranque de cólera o por impulsos. Esa no es la manera de resolver los desacuerdos; hay que tratar de resolverlos, en definitiva hay que perseverar. Será una de las cosas más difíciles que usted tendrá que enfrentar pero también de las más provechosas.
4. Si no se puede resolver el conflicto, convengan cordialmente en mantener el desacuerdo, pero sin guardar rencores o
resentimientos. Creo que Pablo y Bernabé hicieron eso. Pablo nunca habla mal de Bernabé cuando escribe más tarde a las iglesias que ambos habían plantado. En todas sus epístolas, usted no encontrará ni una sola crítica en contra de su antiguo compañero. Y tampoco hay evidencias de que Bernabé se estuviera recuperando del golpe. Francamente no todas las separaciones llevan a un mal final. Procure siempre resolver bien los conflictos sobre todo entre hermanos, y como dice Pablo: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres” (Ro. 12:18).

Autor: Charles Swindoll

Guías o consejos para Resolver Conflictos:

1. El conflicto no es nada más que un problema mal administrado.

2. El conflicto ocurre cuando usamos pautas defectuosas de comunicación.

3. La interrupción en la comunicación es una falta de respeto, comunicamos que no estamos escuchando y que la otra persona no tiene valor.

4. Para resolver un conflicto debemos reconocer emocional e intelectualmente que existe un problema.

5. Nunca la culpa en un conflicto es sólo de una persona o cae sobre una persona, para que haya un conflicto deben haber dos personas.

6. Debemos admitir que sólo dejar pasar el tiempo, no soluciona problemas.

7. Resolver un conflicto no significa que siempre debo ganar en mi posición.

8. Resolver un problema es llegar a un compromiso donde ambas partes están contentos o satisfechos.

9. En un conflicto entre dos personas, es muy importante que ambas personas trabajen juntas, unidas con amor y sumisión para llegar a la solución del problema.

10. Para resolver un conflicto hay que enfocarse en sólo un tema a la vez.

11. Para resolver un problema hay que comunicarse con claridad expresando aquello que desea, piensa o siente.